Siempre que he necesitado salir adelante despues de un bofetón en mi vida, solo
ha habido una cosa que me ha ayudado a hacerlo. Esta vez no iba a ser menos.
Ahora que empieza un nuevo camino y que todo es nuevo.
Otros necesitan miles de apoyos, yo solo necesito una sola cosa.
Mi cabeza, estar solo y..por supuesto la montaña.
Allí todo tiene sus reglas, su lógica y sus tiempos.
Podía haber elegido para comenzar innumerables escenarios.
Somiedo, que es mi casa, mi territorio. Babia, Ubiña o la montaña leonesa..que es
como el patio del colegio. Mis montañas.
Pero no valía.
Necesitaba un sitio que en otro tiempo alguien me enseñó a valorar.
Me fui a las Peñas Cabriegas. Al Cueto Agero. Justo epílogo.
Durante todo el día y sin saber por qué, se me metió en la cabeza esa canción
de Cold Play (Viva la vida), que tanto me ha gustado.
Una especie de catarsis interior que jamas entenderé.
No se por que cuento algo tan íntimo en un lugar tan público.
Supongo que formará parte de esa misma catarsis.
En Lebeña me senté a la orilla del Deva.
7 comentarios:
Bonitas tomas,bonito sitio y una historia profunda.La madre naturaleza tiene un poder inesplicable, disfrutala a tope.
Saludos y un abrazo.
Muchas veces necesitamos desfogarnos y la montaña siempre está ahí... Un abrazo,
Gracies por compartilo, Serbal. Y recuerda:
- "Camina, Carlos. Tú siempre camina... "
Muchos ánimos, Serbal.
La verdad es que en algunos malos momentos que he tenido incluso se me han quitado las ganas de salir a la montaña. Me alegro de que te haya servido.
Saludos
A veces necesitamos alejarnos de todo para encontrarnos a nosotros mismos. Espero que lo consigas, y si la montaña te ayuda, a por ella.
Un fuerte abrazo!
Gracias a todos. Las malas rachas es lo que tienen. Y más si nunca has pasado por una.
Gracias. De todo se sale.
Esta entrada me gusta especialmente, aunque contengo la respiración cuando veo la segunda foto :)
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