Corredor del Marques. Torre de Sta Maria (2.485 m.)



La Torre de Santa Maria (2.485 m.), es una de las grandes montañas del Macizo Occidental de Picos de Europa. Llena de tradición y bravura. Aunque siempre un poco a la sombra de su hermana mayor..La Peña Santa de Castilla o Torre Santa a secas como la llaman los leoneses.

Una de las actividades más intensas, apasionantes y llenas de historia que se puede hacer en esta montaña, sin duda es el Corredor del Marques.

Para empezar, hay que subir a la Torre de Sta Maria. Lo hacemos desde una larguísima y pesadísima aproximación. Desde los Lagos de Covadonga-Refugio de Vegaredonda-Mosquil de Cebolleda-Horcada de Sta Maria-Grieta Rubia-Cumbre.

La Grieta Rubia, no ofrece dificultad a los acostumbrados a las llambrias. El que tenga confianza en la caliza, traccionará perfectamente por estas largas lastras antes de la cima. Por el contrario, el que sea aprensivo a terrenos inclinados y con cierto "patio", lo pasará ciertamente regular.

Para bajar por el Corredor del Marques hacia el Neverón eterno de Cemba Vieya por toda la Cara Norte de la montaña, tambien tiene uno que estar acostumbrado a terrenos extremos. En este caso, hablamos de terreno y piedra descompuesta muy inclinado a lo largo de toda la "Diagonal".

En invierno, es una de las clásicas más bonitas y conocidas de Picos de Europa. Cuando la pared entera se convierte en un muro de hielo espectacular.

Al acabar la diagonal del Corredor. Entramos en el Nevero de Cemba Vieya. Zona muy complicada dependiendo del estado de la nieve y su cuantía. La última vez que bajé por allí, fue en pleno verano. Cemba Vieya estaba altísima, y el estado de la nieve sumamente inestable. Los crampones eran totalmente inútiles.

Decidímos bajar por la rimaya. Ese terreno entre las paredes y el muro de nieve. En ocasiones tuvimos que montar algun pequeño rappel. Ya que algun compañero pasó por dificultades.

Cuando todo parece que mejora, sales de la rimaya y parece que la inclinación es menor, tambien hay que tener sumo cuidado. Una caida en esta gigantesca pala, supone un minuto de tobogán, hasta que te encuentres con cualquier placa de caliza en la nieve que te pare de improviso, o que te haga un descosido en el acto.

No se me olvidará un traspies de la mujer de un compañero. Bajó una veintena de metros como en un acuapark. Su cara era de pánico y angustia extrema. Todos ya nos temiamos lo peor. Hasta que de la nada surgió Paco Berán, y consiguió pararla clavando piolet.

Sumo cuidado con el Corredor del Marques. Aun en condiciones estivales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sólo de mirar la foto pero sobre todo leyéndote en este magnífico post tan bien explicado ya da miedo!!!

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