Hermo..el infierno verde..

Dos imagenes que no son de mi cosecha.
En ellas, aunque puedan parecer anodinas, se retrata muy bien un día de montaña del "Clan" en el gran bosque de Hermo.
Vaya por delante que el calor es mi gran enemigo. Prefiero mil veces las situaciones adversas de mal tiempo.
Contra el calor no se puede luchar.
Cuando te pasas 8 o 10 horas luchando contra un bosque de este tipo, con 30º y un indice de humedad altísimo, o revientas o llegas al final hecho una completa piltrafa.
En la primera foto, se ve el momento en el que salimos de Hermo (detras), justo al lado de una antigua mina de antracita. Feo final para un enclave ecológico de tan alto valor.
Me sigue Victor, mientras yo me arrastro los últimos metros axfisiado de calor.
En la segunda foto, parte del grupo salimos del enmarañado bosque a un claro.
aunque alguno mire el mapa. Aquí no sirve de nada. Cada uno intenta buscar la mejor salida para entrar otra vez a la selva pura y dura.
Mucha gente montañera, desprecia este tipo de escenarios. Prefieren mil veces pasarse el día por ejemplo en Picos de Europa. En medio de un paisaje lunar vestido solamente por la desnuda roca. Eso si, realizar un picacho de 2.000- 2.600 mts, y volver equivocadamente con su curriculum recrecido.
Sin embargo. Jornadas en zonas como la visitada en Hermo, son una perfecta lección de dureza, orientación e intuición montañera. Ádemás de una base muy sólida para formarse como montañero.
Sitios así son los que te aprenden a moverte en dificultades. A desarrollar el olfato.
Y aunque no quedes muy contento por haber sufrido, el regusto final es muy positivo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ese infierno tiene una pinta estupenda. Hay ocasiones en los que el valor natural de una zona no es directamente proporcional a la apreciación estética que tenemos.
Los robledales son los mejores bosques de la cordillera, son abundantes en frutos otoñales, con gran producción de bellota. Lugares favoritos de ciervos, corzos, osos y urogallos, mucho más que los hayedos, en los que a veces no crece ni una brizna de hierba.
Sin embargo los hayedos son más frescos para el deporte de montaña y no están llenos de esas molestas moscas y tábanos tan abundantes en las carballedas.

Saludos amigos.

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