Hace un año.

Yo seguí el sol. Busqué donde se escondía, y lo encontré.
He conocido paises, lugares, sentimientos y gente...de todos ellos saqué algo.
Pero nada comparable a lo que encontré en El Camino...Mi Camino.
Un buen día dirigí mis pasos jornada a jornada siempre hacia el Oeste. Mucho peso
a mi espalda y mucho peso por dentro...mucho dolor..mucha rabia.
Casi ni podía caminar..yo..precisamente yo...
Ignoraba lo que buscaba, pero si lo que anhelaba.
Sabia que algo sucederia. Buscando olvidar...olvidé buscar...y así encontré.

Día a día iba dejando cosas por el camino. De la mochila desechaba lo superfluo.
Mi espalda iba enderezandose lentamente, más liviano, más natural.
A la vez poco a poco iba a abandonando el dolor de dentro. Los recuerdos..los
buenos...los malos...todos dolian como alcohol en la herida.
A mi paso un reguero de ilusiones, decepciones,traiciones...iban cayendo tras de mi.
Menos peso...más fuerza...siempre hacia el Oeste, tras de sol...buscando su morada.
Finis...terrae.
Y aparecieron ellos...y apareció ella.

Ellos tambien traian peso, cada uno el suyo, a veces pienso que tantos días juntos
nos empezamos a parecer a la Compañia del Anillo. Nunca entenderé como se pudieron
crear aquellos vínculos. Se que son unos cuantos, y que me gustaria gritar sus nombres.
Aunque probablemente ahora lejos en sus paises sonrian en esta fecha y sobre todo
en la que dentro de poco recordaran como el día en que descubrimos donde se acaba la tierra
y que secretos guardaba para nosotros el sol.
Hoy lo hemos recordado, cada uno a miles de millas de lo que sucedió y donde sucedió.
Solo Lilu a un extremo, y yo en el otro nos acercamos cada vez más.
Era el regalo que nos esperaba.
Dicen que si eres capaz a no caer cuando tropieces...avanzaras dos pasos.

1 comentario:

CARLOS dijo...

Este año he tenido la suerte de volver a Finisterre y me sentí feliz de contemplar desde allí la inmensidad del mar y esa paz interior que tu recoges en tu relato, allí contemple el desprendimiento de la mochila de muchos peregrinos.... algún día volveré caminando, con mi mochila, muy pesada para desprenderme de ella también... saludos.

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