Alberto. El último de Allende (Lebeña)

Se llama Alberto.
Es uno de los dos únicos habitantes de Allende en Lebeña, cerca de Potes.
De la que subia por la mañana me lo encontré sentado mirando la peña.
Estuvimos hablando un rato. Le pregunté por la idoneidad de mis planes
en el Agero, y por unas dudas que tenia.

De tarde me lo encontré sentado a la entrada del pueblo con su nieto Adrian.
Tenia ganas de hablar.
Me contó no sin cierta amargura su vida y lo abandonado que habia quedado Allende.
La desesperación de ver a su querida aldea únicamente habitada por dos solitarios
individuos. El más viejo él.
Me dió miles de datos, de topónimos, de anécdotas y de viejas historias.
Sus hijos habian abandonado el pueblo camino de grandes urbes como Gijón, Bilbao
o Santander.
Nunca entenderia por que los hijos de aquellas tierras habian cambiado el verde,
el olor a tierra y los horizontes de La Hermida por el triste cemento.
Ley de vida.
Años y años agarrado a aquellas peñas cuidando ganado, preguntaba por el estado
en el que me habia encontrado sus queridos sitios de toda una vida.
Mentí en el estado de alguna cabaña.
Le dije que "perfecto", cuando en realidad el derrumbamiento y la miseria habian
hecho mella entre las piedras de aquellas majadas de altura.
Me preguntó por el sitio del que provenia. Y asombrosamente lo conocia.
Me preguntó por mi nombre y extrañamente le contesté como "Serbal".
Allí al Serbal le llaman "Capudre". Feo nombre.
Me marché con el regusto de haber conocido a un gran hombre, pero con la
amargura de dejarlo consciente de ser casi el último de Allende.

2 comentarios:

Mª Angeles B. dijo...

Bonita historia, que pena que se despoblen esos lugares,remansos de paz de tranquilidad, pero asi es la vida.
La toma lo dice todo es el paso del tiempo, son dos generaciones, una empieza a andar su camino y la otra esta cada dia mas cerca de completarlo.

Saludos.

Chusastur dijo...

Mi abuelo materno (Teodulio Gutiérrez Galnarez) era de una aldea próxima a Potes, tuvo que irse a los catorce años para ganarse la vida en Aller (Asturias).

Siempre tuvo nostalgia por volver, pero creo que solo lo hizo una vez y de adulto, fueron pocas las veces que logró regresar. Toda la familia se desperdigó por diferentes partes de España. La que más lejos llegó está enterrada en Uruguay (Luisa de nombre, como mi madre).

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La Montaña de Serbal en Google Maps