Ay..ay..ay..!!

 Una de las pesadillas que tengo de siempre son los aludes. Acojona verlos, pero más aún acojona oirlos. La primera vez que ví y oí uno era piquiñín..(el alud, no yo). Y a pesar de que estába lejos creo que se me salió el corazón por la boca.
Siempre que ando en montaña por terreno donde hay peligro de producirse..(palas, embudos, resaltes..)..rozo la obsesión. Voy fijándome en la más mínima posibilidad de placa.
Especialmente en esas palas cimeras que muchas meses atraviesas a media ladera bajo una cornisa
cargada de nieve y venteada. Entonces, el culín se te va apretando más y más..y apresuras para superar el paso.

Por eso este alud de las fotos, por encima de la espectacularidad y tal, a mi me pone los pelos de punta. El embudo de la canal es perfecto y no hay escapatoria. Solo te queda agazaparte donde puedas y rezar. Máxime viendo que hay gente a la que va a pasar por encima..(circulos rojos).
Los dos de arriba se salvan por los pelos metiéndose en una pared empinadísima. Las otras dos cordadas buscan dos zócalos  para guarecerse.