Tio Matt el Viajero. La botilde ha resucitado.


Es la historia de David. nuestro entrañable "Tio Matt el Viajero".
Para Alberto y para mi, los que seguiamos de guajines los "Fraggel Rock",
aquella serie de extrañas criaturas que vivian bajo tierra, nos enloquecia
"Tio Matt el Viajero". Una especie de extrafalario hippie que siempre seguia
sus sueños y sus retos. Viajando por todo el mundo. Pero siempre volviendo
a sus orígenes. Ahora que yo estoy a punto de partir tambien, lo recuerdo
con más cariño aún.
Toda las familias tendrian que tener un hombre así. Alegre, jovial, radical...
seguidor de sus ideales hasta el final, hippie total...hacedor de proyectos imposibles
y conseguidor de ellos. Un paisano adorable. Yo de mayor quiero ser así.
Á este hombre se la refanflinfla todo. Su personalidad es arrolladora.
Nació en el Páramo (Mansilla), y se llama David. Emigró a Cataluña y aún vive allí.
Su físico engaña. Parece fuertote y pesado, pero su coraje lo suple todo.
Practica todo tipo de deportes aventureros, y siempre bajo su mentalidad.
Y es un cachondo. Un buen día, en Barcelona, miró su bici de hace tres décadas.
La miró y pensó en su pueblín de León. Agarró un poncho para el agua y se vino en
pocos días. Así..de calentón. Con una bici, medio esgonciada. Y no pinchó ni tuvo un
solo problema mecánico.

Como buen Parames, ha tenido fijación siempre con las dos montañas imponentes
que se divisan desde El Páramo. El mítico Teleno, y la Gran Peña Ubiña.
Se subió al Teleno y allí plantó en la cumbre su tienda de campaña. En plan eremita.
Pero le quedaba la Ubiñona.
Estos días estaba de vacaciones. Llamó a mi hermanín, y este a mi...y hala.
Y Alberto que es muy bestia, le miró de arriba abajo. Le valoró, y decidió que le subiriamos
por nuestro querido Espolón Este..el Espolón de los Parameses.
Yo siendo sincero cuando dejamos un coche en Tuiza de Arriba..no daba un duro ni por
él, ni por el día de perros, ni por mi organizado Plan "A".
Osea, lo mismo que hizimos con Edu hace un mes. No veia a David trepando.
Los cojones!!!

Para empezar...un día de asco.
Frio, llovizna, niebla cerrada, aire frio Norte, y barruntando tormenta electrica.
Ideal.
La indumentaria de David..acojonante!!.
Sudadera, Poncho de promoción, vaqueros, y unas botas de bombero forestal
que eran del hijo....gorro quaquero...maquina de fotos..estropeada...un poema.
Me pasé todo el día riendome sin parar. Que tio!!.
Alberto y yo, intuiamos que la cumbre debia estar limpia con el mar de nubes
a nuestros pies. Así fue a partir de 2.200 mts.
Sin ver más allá de nuestras narices y prácticamente a palpo, atravesamos
Candioches hasta Terreros. Pretendiamos agarrar la Senda de Las Merinas hasta
el Hombro de comienzo del Espolón.
Pero ay!!!. En mitad de los canchales y llambrias...las botas de David se le escojonaron.
Pero de forma rarísima. Se le despegaron las dos suelas a la vez. A tomar por saco.

Pero el comando Mac Gyver..Alberto y el que suscribe nos la ideamos para un apaño
de urgencia.
Como no traiamos cordino ni cinta, les quitamos las cinchas a las empuñaduras de
los bastones. Entre eso y los mismos cordones de las botas...allí que se las sujetamos
como pudimos. Y hala...a trepar. Así renació "La Botilde"...aquella mascota de un
concurso de Televisión......
Mañana.....segunda parte de la historia..y fotos de todos nosotros.....
Que fue lo que pasó....??....

No se vayan...Bienvenidos a la Nave del Misterio....

2 comentarios:

Pocholo dijo...

diosss. ¿Cómo nos dejas con esa intriga?
Queremos la segunda parte ya...
Muy guapa historia. Me he reído mogollón leyéndola.
Si es que a veces no hay que estar a la última para subir montañas... Se ve que David las disfruta...
Saludos
PD: Lo de las botas me recuerda a mi última visita a Somiedo con Jicho. Le quedaron de pena...

Alberto dijo...

Las dragoneras de los bastones aguantaron más de los que hubiéramos pensado.
Nunca está de más llevar (al lado de frontal, navaja, mechero, silvato y otros cachivaches de emergencia que nunca usamos) algunos metros de cordino auxiliar de ese fino, barato y ligero que puede salvarnos de un apuro si se rompe una mochila, el amarre de los crampones, o la suela de nuestras "botildes".

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